lunes, 13 de febrero de 2012

LA LEGITIMIDAD DEL 15-M: DENTRO Y FUERA

LA LEGITIMIDAD DEL 15-M: DENTRO Y FUERA

El Movimiento del 15 de mayo continúa movilizándose para que la clase política escuche a los ciudadanos. Encuentra su legitimidad en la suma apoyos, el carácter social y pacífico de sus reivindicaciones y su influencia internacional. Llegar a objetivos comunes y mejorar aspectos como la coordinación y la comunicación resultará esencial en la consecución de sus propósitos.


El 15-M en la Plaza del Sol. Ángel Navarrete.





Han pasado nueve meses desde que el 15-M se manifestara en Sol con una serie de protestas pacíficas  para promover una democracia más participativa, una auténtica división de poderes, así como el fin del bipartidismo y del dominio de bancos y corporaciones. Este movimiento social surge como respuesta a la crisis económica y está formado por individuos u organizaciones con reclamaciones socio-políticas que tienen como finalidad el cambio social. Busca el interés general, intenta lograr objetivos comunes y se distingue de los movimientos cívicos en que éstos tienen un fin limitado.

El carácter legítimo del 15-M se encuentra dentro y fuera del movimiento; dentro y fuera de España. Sus participantes se reúnen de forma libre y pacífica, por lo que no amenazan el orden público. Su validez se refleja en que ejerce el derecho de manifestación, recogido por la Constitución Española. No puede considerarse un movimiento injusto, ya que se atiene a los objetivos colectivos de la sociedad y reivindica sus derechos. Su eficacia reside en el seguimiento de gran parte de la población, dentro y fuera de las fronteras españolas, sin importar la edad ni –cada vez menos- la clase social.

La teoría política distingue entre la legitimidad de origen y la de ejercicio y, según Ramón Cotarelo, catedrático de Ciencias Políticas, el 15-M posee las dos. “La legitimidad de origen se la da el mismo sistema democrático que el movimiento critica, ya que este es el ejercicio de diversos derechos políticos amparados y garantizados por el poder. La legitimidad de ejercicio se la gana día a día al ser un movimiento legal que no incurre en ilícito alguno dado su carácter pacífico”.

El 15-M se declara apartidista y pacífico. Comenzó a organizarse tras el establecimiento de centenares de acampadas en las plazas de la mayoría de las ciudades españolas, así como otras creadas por españoles en ciudades de todo el mundo. No tiene líder y se organiza a través de asambleas populares abiertas celebradas en plazas o parques y está estructurado en diversas comisiones y grupos de trabajo.

En la cultura occidental existe la creencia mayoritaria de que el sistema de democracia participativa es la forma suprema de democracia. Este movimiento denuncia que después de elegir a un representante los ciudadanos pierden su voz y la capacidad de presentar ideas o proyectos propios. Las asambleas intentan avanzar hacia un modelo de democracia directa con una participación activa de la sociedad y una toma de decisiones consensuadas. El consenso consiste en un proceso de toma de decisiones en grupo, en el que tengan cabida los conocimientos y preocupaciones de todas las personas. El grupo se compromete a encontrar la solución con la que todo el mundo esté de acuerdo para no caer en la apatía política y para poder llegar a soluciones más justas.

Existe una ausencia de cauces o medios por parte del sistema democrático para tratar con el movimiento. Según Cotarelo, la clase política se aferra a la idea de que en democracia sólo cuentan las urnas, y trata al 15-M como a un problema de orden público y no de naturaleza política. Un error porque, según afirma, el movimiento indignado toma nuevas formas que podrían acabar en casos de desobediencia civil que afectasen a la convivencia ciudadana. Esquerra Republicana de Catalunya propuso hace unos meses el nombramiento de una subcomisión que debatiera sobre las propuestas de los indignados y los escuchara, dado el apoyo social de algunas de sus propuestas. Sin embargo, tras la negativa de respaldo del Grupo Popular, la propuesta fue retirada.

Del 16 al 22 de mayo, con el desalojo de la plaza de Sol, la protesta logró que los ciudadanos se sintieran identificados con sus reivindicaciones. En un país como España, poco dado a las grandes movilizaciones, la indignación se apoderaba no sólo de los jóvenes sino de amplios sectores de la sociedad española con objetivos comunes. Los medios internacionales comenzaron a hablar de los manifestantes y una sensación de esperanza y un deseo reivindicativo nacía no sólo en España sino entre los españoles residentes en otros lugares del mundo, así como en muchas ciudades de Europa y Estados Unidos.

En una sociedad, el deseo de libertad y justicia consigue imponerse cuando deja de ser individual y encuentra apoyos que lo fortalecen contra los obstáculos. En un primer momento, parecía que el movimiento iba a lograr que se tuvieran en cuenta sus propuestas. Sin embargo, surgieron problemas que empañaron la imagen de los manifestantes y amenazaron su legitimidad. Quedaba un largo camino por andar.

A comienzos de junio, las comisiones del 15-M advertían de los problemas de seguridad y de salubridad. Los indignados comenzaron a pensar que el campamento de Sol ya había cumplido su cometido y que era el momento de encauzar el movimiento desde otra perspectiva. "No considero que vaya a perjudicar al movimiento, pero hay que centrarse en el objetivo de cambiar la realidad política", explicaba Fabio Cortese, de Juventud Sin Futuro.

En medio del triunfo inicial, algunos de los integrantes de la protesta intentaron convertir al movimiento en un grupo con una ideología concreta. Las Asambleas Generales de distintas ciudades españolas tuvieron que desvincularse del “Partido ciudadanos del movimiento 15-M”. Según el movimiento, dado su carácter apartidista, la creación de este partido había sido rechazada varias veces en asamblea.

El 15-M sufría varias fisuras. La pérdida de popularidad debida al paso del tiempo se unía a la mala imagen de los últimos días del campamento de Sol. Los ciudadanos comenzaban a desconfiar de su apoliticidad. El trabajo de los indignados continuaba.

Un Estado es legítimo si en él existe un consenso entre los miembros de la comunidad para aceptar la autoridad vigente sin que ésta tenga que recurrir a la fuerza. En mayo, el 'Diario del Pueblo' en China destacaba lo pacífico y participativo de las protestas, donde los manifestantes mostraron “responsabilidad pese a su disconformidad con el sistema”. Pese a las intenciones pacíficas del 15-M, desde sus inicios se han sucedido los encontronazos con la policía.

En la manifestación del 15 de mayo fueron detenidos 19 manifestantes. Un profesor y periodista denunciaba en la revista RollingStone el abuso de autoridad y la agresión de un policía secreta que se hacía pasar por un manifestante.  Afirmaba que los policías se inventaron los cargos de desacato a la autoridad e intento de agresión. Otro hecho denunciado por los manifestantes de Sol fue el comportamiento violento de policías que se hacían pasar por indignados y desvirtuaban así la imagen del 15-M.

El fin de semana del 22 de mayo, fecha de las elecciones municipales y autonómicas, la Junta Electoral Central prohibió las concentraciones y manifestaciones. El ministro del Interior se acogió al hecho de que la Junta electoral no ordenaba el desalojo en su resolución, y decidió esperar. "La policía está para solucionar problemas, no para crearlos y actuará con inteligencia" dijo el entonces Ministro del Interior Pérez Rubalcaba. El brutal desalojo de la Plaza de Cataluña, ordenada días después por el consejero de interior de la Generalitat, le daba la razón.


El 27 de mayo los Mossos d'Esquadra desalojaron en la Plaza de Catalunya a los acampados alegando motivos de ‘higiene'. Según el diario Público, la plaza fue invadida por dos helicópteros y decenas de furgones policiales que rodearon la plaza y crearon un blindaje para imposibilitar la entrada. Los equipos de limpieza retiraron objetos susceptibles de ser utilizados en caso de que se produjeran disturbios tras la final de la Liga de Campeones entre el FC Barcelona y el Manchester United. Entre los delitos denunciados por 56 indignados había lesiones, detención ilegal, amenazas, apropiación indebida y prevaricación. La clase política manifestó su apoyo unánime a los cargos políticos y policiales imputados.

Ante el Parlamento catalán, un total de 45 personas fueron atendidas en junio por heridas de carácter leve, la mayoría por contusiones, en los enfrentamientos entre 'indignados' y policía a las puertas del Parlamento catalán. Los promotores del 15-M se desvincularon de estas actuaciones.

Una veintena de heridos leves fue el balance de las cargas policiales que se produjeron en agosto frente a la sede del Ministerio del Interior en Madrid. Más de veinte furgonetas de la Unidad de Intervención Policial aparecieron cuando los congregados se acercaron al edificio para colocar un cartel que rezaba "Islandia es el ejemplo". Según fuentes policiales, la carga se había iniciado después de que algunos manifestantes se enfrentasen con un guardia civil que retiró el cartel. Desde el 15-M aseguraron que la carga policial fue "violenta e injustificada" y se quejaron de que el operativo policial compuesto por 14 furgones cortó el paso a una ambulancia que intentaba socorrer a un manifestante que sangraba por la cabeza al ser golpeado por un policía.

En diciembre la Policía Nacional desalojó a primera hora de la mañana el Hotel Madrid, ubicado en la calle Carretas de la capital y que llevaba ocupado por medio centedar de "indignados" desde la jornada de movilización global del 15 de octubre. . El hotel estaba siendo utilizado para albergar a personas desahuciadas. Tras el desalojo, la Policía detuvo a 10 de los ocupantes del edificio. También se evacuaron las plantas ocupadas del Teatro Albéniz, aledañas al hotel y el mercado de la calle Montamarta de San Blas, que había sido ocupado por la asamblea del 15-M del barrio. Estas “okupaciones” no contaron con el apoyo de todos los integrantes del movimiento y algunos se quejaban de que la ocupación del hotel se había llevado a cabo al margen del consenso de Sol.

Una pregunta que muchos se hacen es si el movimiento recuperará la neutralidad y popularidad que lo caracterizaron en sus primeros días o si, por el contrario, acabará convirtiéndose en un fenómeno de grupo. La búsqueda de un consenso se hace imprescindible en la continuidad del movimiento. Del proceso deliberativo en las redes se pasa al cara a cara en las asambleas y desaparecen las barreras espacio-temporales. El 15-M surgió a través del grupo de discusión “Plataforma de coordinación de grupos pro-movilización ciudadana” mediante la cual se llevó a cabo la preparación y coordinación de acciones comunes. Estos ciudadanos disconformes con el actual sistema político y económico actúan de forma individual pero algunos también forman parte de plataformas ciudadanas, foros, blogs, o páginas y grupos de las redes sociales. Así surgieron las reuniones virtuales para coordinar las acampadas en España.

Una de estas plataformas fue ¡Democracia Real YA!, una de las organizaciones convocantes a la manifestación del 15 de mayo que apoya las acampadas que se organizaron a continuación, si bien no las convocó. Agrupa sobre todo a personas individuales, pero también a unas 200 asociaciones como NoLesVotes, Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Asociación Nacional de Desempleados, Juventud Sin Futuro, Attac España, Estado del Malestar y SpanishRevolution . Además de la plataforma No les votes, que pretendía que los ciudadanos se informaran sobre los partidos minoritarios como alternativa al bipartidismo, surgieron otras que animaban a ejercer el voto nulo o el voto en blanco. Esto generó controversia entre los que consideraban que el movimiento del 15-M no debía decir a los ciudadanos a qué partido votar y porque alguna de estas alternativas fueron consideradas antidemocráticas.

Los indignados denuncian la existencia de un veto en estas redes de comunicación.   Jesús García, activista del 15-M, denuncia en Youtube como en ocasiones los videos que ha colgado en internet desaparecen horas más tarde. “Las redes sociales están totalmente controladas en los servidores, en twitter es más difícil vetar”, afirma. Durante el desalojo de la acampada de Barcelona, las muestras de apoyo y de movilización a través de twitter fueron notorias, y la #acampadabcn uno de los trending topics del día.

Según Julio Anguita, “Los mejores editoriales, las más incisivas crónicas, los más claros análisis y los juicios más justos no se hacen ahora en los medios, casi siempre mediatizados, sino en las calles y plazas de España”. Durante los primeros días de la movilización, la cobertura de los medios españoles fue tímida pero pronto dejaron a un lado el silencio informativo y fueron conscientes de la cobertura de los medios internacionales y de la capacidad de los ciudadanos para hacer pública la noticia con cámaras y móviles en la calle.

José Luis Sampedro lanzó un mensaje a los indignados: “los medios oficiales no se van a volcar con vosotros y encontraréis muchos obstáculos en el camino, pero está en juego vuestro futuro”. Los periodistas Pepa González y Kike Álvarez pusieron en funcionamiento la página web www.soltv.tv en la que los usuarios podían seguir las manifestaciones. Prueba del seguimiento de las concentraciones y del interés de los internautas fueron los casi diez millones de visitas generadas en 136 horas.

En una situación de crisis económica como la actual, luchar contra la desinformación es más importante que nunca. El mundo del Periodismo debe recordar su carácter de servicio público y comenzar a explicar los temas sociales problemáticos de manera sencilla y comprensible, así como sus causas y consecuencias. Los ciudadanos cuentan hoy con herramientas sofisticadas para trasladar una realidad que los medios no cubren como deberían. Hartos de esta situación, los indignados españoles, a través de sus asambleas, lanzaron el pasado viernes el periódico gratuito Madrid 15M para “romper el control social que se ejerce a través de los medios de masas”.

El 15-M dio el pistoletazo de salida pero son muchos los movimientos que se han alzado en países democráticos como Estados Unidos, Grecia, Gran Bretaña y Bélgica, en busca de cambios económicos y políticos.  España ha sido su ejemplo e inspiración ya que, dado el carácter mundial de la crisis, estos movimientos recogen reivindicaciones compartidas. Crece la legitimidad del movimiento.

En Bruselas, los indignados españoles -trabajadores pero sobre todo estudiantes- se sumaron a las protestas en apoyo a los manifestantes de Sol y consiguieron que los belgas se unieran al movimiento. Diez días después de que se iniciara la “Spanish Revolution” 7.000 griegos se concentraban en la plaza Sintagma de Atenas. La protesta se producía el mismo día en el que un grupo de expertos de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunía para negociar el nuevo plan de privatizaciones y medidas de austeridad.

Occupy London surge como una protesta pacífica en contra de la desigualdad económica, la falta de accesibilidad a la vivienda en el Reino Unido, la injusticia social, la avaricia corporativa y la influencia de las empresas y grupos de presión sobre el gobierno londinense. En octubre establecieron dos campamentos en el centro de Londres. La policía londinense equipara a sus miembros con Al Qaeda y las FARC. En un documento titulado "Puesta al día sobre terrorismo y extremismo para la comunidad financiera de la Ciudad de Londres", las autoridades incluyen a los 'indignados' en el capítulo de "amenazas domésticas". Occupy London respondió en un comunicado que "el activismo no es un delito, y el deseo de participar en el proceso democrático no debería preocupar a la policía en una sociedad libre". Sus protestas comenzaron en solidaridad con Occupy Wall Street en Nueva York. El movimiento norteamericano mantuvo ocupado el Zuccotti Park de Lower Manhattan en Nueva York. Esta protesta se dirige contra el poder de las empresas y las evasiones fiscales  sistemáticas del 1% más rico. El 27 de septiembre hubo protestas en 52 ciudades, entre ellas Boston, San Francisco, Los ángeles, Portland y Chicago. 

A principios de octubre, alrededor de un centenar de indignados procedentes de España llegaron a Bruselas tras dos meses y medio de marcha y una semana antes de la primera gran jornada de movilización internacional del movimiento. Fueron 48 los primeros detenidos y los problemas entre los acampados y las autoridades se sucedieron. El 15 de octubre, la indignación global se extendió por más de 900 ciudades de los cinco continentes. Casi medio millar de indignados llegados de otros países secundaron la protesta en Bruselas. El diario El Mundo publicaba cómo el movimiento 15-M había mostrado la fuerza de los días de mayo y su símbolo, la Puerta del Sol, se convertía en el espejo de una protesta de miles de ciudadanos en unas 80 localidades españolas.

El 15-O en Bruselas. Sebastian Pirlet/ Reuters.

Indignados el Barcelona el 15-O. Joan Cortadellas.

Nueva York el 15-O. John Minchillo/AP.

Han sido numerosas las muestras de apoyo realizadas por distintas personalidades. Lo han hecho a través de comunicados, de libros, o incluso con su presencia en alguna asamblea. “Pensad que hay mucha gente que se acuerda de vosotros, aunque creáis que estáis solos” fue el mensaje que lanzó Eduard Punset en una asamblea “indignada”. Además, se redactó un manifiesto de apoyo a las movilizaciones por la democracia desde las universidades y los centros de investigación. Después de la influencia internacional de libros como “¡Indignaos!” y “¡Comprometeos!” surgieron otros como “Reacciona” para llamar a los ciudadanos a convertirse en actores del cambio. Serán los propios miembros del 15-M los que también publicarán libros sobre el movimiento y la realidad política, económica y social española.

Entre los más mayores, aparecen los llamados “yayoflautas”, personas de mediana y tercera de edad que, con este nombre, tratan de evidenciar que las protestas vienen desde amplios sectores de la sociedad. Piden mejorar la situación actual y dejar un futuro mejor a sus hijos. Tomaron la sucursal del Banco Santander en el Paseo de Gracia de Barcelona como testigo de su protesta. En el centro de atención primaria (CAP) de Rambla Marina, en L’Hospitalet de Llobregat, otros ancianos se instalaron en agosto como protesta  desde que el Departamento de Salud decidiera cerrarlo.

Los sectores sociales más desfavorecidos, entre ellos los desahuciados, han encontrado en el 15-M un gran apoyo. Luis Domínguez Quintana, de 74 años, con una minusvalía reconocida del 65% y con dos años sin hacer frente al pago de su hipoteca, vio aplazado su segundo intento de desahucio a principios de enero.  El primer intento de desahucio fue paralizado gracias a la ayuda del 15-M y de la Plataforma de Afectado por la Hipoteca (PAH). El abogado de la plataforma presentó a las autoridades judiciales unos informes médicos con los que se consiguió paralizar el alzamiento.

En la víspera del 20-N, los indignados pidieron a los partidos que se presentaban a las elecciones que respetasen al conjunto de asambleas populares, y tuvieran “especial cuidado” a la hora de relacionar sus propuestas y programas con el trabajo elaborado por los indignados. Algunos partidos así lo hicieron, mientras otros se limitaron a desprestigiar la imagen de los indignados. El PSOE incluyó algunas de las peticiones de los indignados en su programa electoral como la dación de pago  -que supone que la entrega del bien hipotecado baste para saldar la deuda- para quienes compren una casa a partir de ahora, pero los indignados centran sus protestas en quienes adquirieron su piso durante el boom inmobiliario y ahora no pueden pagarlo. “Es cierto que debemos hacer más, pero no hay ni un solo miembro del PSOE que haya insultado a este movimiento”, concluía Caldera.

“No nos han influido, nosotros ya defendíamos sus reivindicaciones en 2007”, afirmaba Carlos Martínez Gorriarán, número dos de UPyD en Madrid, que diferencia entre las “utopías” del movimiento social “como intentar implantar asambleas que busquen la unanimidad” y el trabajo de los políticos. “Han supuesto un verdadero terremoto”, explicaba Ramón Luque, responsable de política electoral de IU. Su partido lleva años peleando por la dación de pago o un cambio en la ley electoral que la haga más representativa. "Sus peticiones no nos son ajenas, algunos ya llevábamos indignados bastante tiempo”, añadía.

El expresidente popular José María Aznar calificó al 15-M en octubre de "extrema izquierda marginal" . El secretario nacional de Comunicación de ese partido, Carlos Floriano, cree que el inicio del 15-M “fue una llamada de atención a todos los partidos” aunque su evolución, opina, apela más a las formaciones de izquierdas que a la suya. Destaca la declaración de Carmen Fúnez, senadora del PP por la provincia de Ciudad Real que comentó que " hasta los indignados se quedan en paro. Es así. Bueno, esos no es que estén en paro, es que no les gusta trabajar, fundamentalmente, pero eso ya es distinto”.

El actual ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz anunciaba en enero lo que muchos medios consideraron un aviso a los indignados. “Vivimos y vamos a vivir momentos complicados que van a requerir de mucha mano izquierda, mucho diálogo y de voluntad de entendimiento. Voy a defender los derechos de reunión y manifestación, pero en el marco de la ley para que sean compatibles con otros, como que los ciudadanos puedan transitar por la calle con tranquilidad (…) La paz social tiene un valor especial en este momento y en los que van a venir” afirmó.

Un artículo reciente, aparecido en la publicación Current Directions in Psuchological Science, editada por la Association for Psychological Science de Estados Unidos, desvela las condiciones que determinan la tendencia de los individuos a defender su status quo, aunque éste no les merezca la pena. La idea consiste en que podemos cambiar el mundo si tenemos la valentía de ver las cosas como son. Esta tendencia humana a proteger los sistemas ha sido descrita en el marco de la llamada “Teoría de justificación del sistema”  de la psicología social. La SJT propone que la gente tiende a afanarse por defender y sostener su situación, esto es, por verla como buena, legítima y deseable, aunque no lo sea.

Los investigadores Kay y Friesen afirman que, aunque la gente no justifica sus sistemas sociales siempre, sí que hay una mayor propensión a hacerlo en circunstancias como la amenaza del sistema, la dependencia del sistema, la imposibilidad de escapar al sistema, y un escaso control personal. Un ejemplo es el de los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York , el 11 de septiembre de 2001. Las valoraciones de las encuestas populares sobre el entonces presidente de Estados Unidos George W. Bush, estaban por los suelos pero cuando los aviones se estrellaron contra el World Trade Center, enseguida aumentaron las valoraciones sobre el presidente.

Un total de cinco estudios realizados por la Asociación Americana de Psicología (APA), sugiere que los individuos que ignoran asuntos como el cambio climático y la crisis económica depositan más su confianza en que los Gobiernos sabrán encontrar soluciones a estos problemas. “Se evita aprender más sobre la situación, para así poder seguir confiando ciegamente en la labor Gobierno", comenta Kay.

Entre el pueblo estadounidense un sondeo realizado en noviembre por la Universidad de Massachusetts y el diario Boston Herald entre 1005 adultos mostró que un 35% tiene una impresión favorable sobre el movimiento que inició en la ciudad de Nueva York y ganó apoyo mundial. Sólo 16% dijeron lo mismo de Wall Street y las corporaciones grandes.

Según una encuesta de Metroscopia para El país publicada en agosto, un 73% de los españoles consideraba que los participantes en las movilizaciones del 15-M tienen “básicamente razón”. Entre los votantes socialistas ese porcentaje es todavía superior (79%), mientras que en el electorado del Partido Popular el grado de comprensión es del (55%). En junio una encuesta de Metroscopia  identificaba como las dos peticiones más apoyadas (con el 89%) que los delitos de corrupción no prescriban y que las grandes empresas no puedan hacer despidos colectivos mientras tengan beneficios. Las siguientes medidas más apoyadas se refieren a la posibilidad de que los bancos devuelvan el dinero público que han recibido para solventar su crisis, el establecimiento de la dación hipotecaria, que no se socorra a los bancos, que las viviendas vacías se ofrezcan como alquileres a los jóvenes y que exista una banca pública. Un 68% apoya que haya mayor control público sobre la economía para defender los intereses colectivos.

En las agitaciones sociales, es un grupo social el que conciencia al resto de los ciudadanos. En el caso de la crisis, esto se produce cuando sus efectos negativos afectan a casi toda la sociedad. Los indignados lucharon entonces, y lo hacen todavía, por conseguir cambios que se traduzcan en mejoras sociales. Rajoy se ha comprometido a aprobar en el primer trimestre de 2012 la Ley de transparencia y acceso a la información y ha prometido impulsar la subcomisión para el estudio de la dación en pago, ambas son propuestas del 15-M. Pero la situación de los españoles, lejos de mejorar, empeora. Según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el total de desempleados al acabar 2011 se situó en 4.422.359, lo que supone 322.286 parados más que un año antes -un 7,86%-. El paro llega así a su nivel anual más alto desde 1996.  El paro juvenil se estima en un 48%, una cifra que dobla la media europea, algo que resulta contradictorio si tenemos en cuenta que los jóvenes de nuestros días son los mejores preparados.

Entre los logros principales del movimiento de Sol está sobre todo la recuperación de la conciencia crítica de gran parte de la sociedad, algo que lo convierte en un acontecimiento de relevancia histórica. Pero el 15-M tendrá que hacer frente a varios obstáculos para asegurar su supervivencia. El gobierno no apoyará la reivindicación de crear un sistema nuevo y diferente. La Policía seguirá utilizando mecanismos como las multas y las detenciones para evitar el desorden. Otro peligro consiste en que los medios de comunicación no respalden sus iniciativas y empeoren su imagen pública a través del retrato individual como modo de desprestigio. Deberá hacer frente a la atribución de valores negativos como la violencia o la utopía por parte de los políticos.

En una autocrítica, algunos de sus miembros consideran que hacer muchas manifestaciones con motivos diversos resulta perjudicial para el movimiento. El establecimiento de metas concretas, alcanzables -aunque no sean ambiciosas en un principio- favorecerá su imagen de eficacia. Deberán rechazar acciones que no cuenten con el consenso de las asambleas, así como desvincularse de cualquier acontecimiento que vaya en contra de los principios del 15-M -como los actos violentos o la creación de partidos políticos- y ponga en riesgo su imagen pacífica y apolítica. Para ello, será necesario desarrollar su capacidad comunicativa y de cohesión interna a través de las redes sociales y de iniciativas como el periódico gratuito Madrid 15M. Resulta importante comprender que el objetivo comunicativo principal de la acción de este movimiento no es la clase política o económica, sino la sociedad española y el desarrollo de su conciencia crítica.

El pasado 28 de enero tuvo lugar la reunión global para planificar las acciones de mayo de 2012 que pretenden ser una nueva movilización global de protesta. Después de un año, será en estas acciones en las que el Movimiento 15-M, junto a los indignados de todo el mundo, demostrará si ha mejorado su organización y su capacidad comunicativa y si mantiene la legitimidad social que lo caracteriza, dentro y fuera.

ESTEFANÍA DÍAZ

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