El asesinato de Ciempozuelos no tuvo que ver con juegos de rol
Madrid
El pasado 2007 Miguel Ángel S.P fue asesinado en Ciempozuelos.
Su presunta asesina, su exmujer, declaró recientemente que el crimen podría
tratarse de algún conflicto surgido de los juegos de rol que practicaba la
victima. Esta hipótesis ha sido descartada por eljuez y en base a pruebas del agente encargado de la investigación.
Se piden 39 y 43 años para los el sicario y el presunto intermediario entre la
exmujer y el asesino.
11.Política de Mariano Rajoy
respecto al terrorismo
12.Conclusión
1.EL DESARROLLO DEL TERRORISMO
Vamos a hacer
un repaso por la historia para poder entender los problemas globales
contemporáneos. En general se pueden definir como un determinado número de
contradicciones en las relaciones entre la naturaleza y el hombre.
La humanidad
tiene que enfrentarse a cuatro problemas serios que se potencian entre si:
el terrorismo, la guerra, contaminación del medio ambiente y la crisis
económica. En este trabajo voy a establecer una relación sobre la crisis y
el terrorismo, sobretodo enfocado en España basándome en todos los artículos de
noticias que he ido recopilando durante el curso académico.
Ya a finales
de los años 60 y comienzo de los 70 se hicieron más visibles los desequilibrios
de estos fenómenos, agudizándose con el tiempo cuando la humanidad fue teniendo
cierta preocupación por el agotamiento de los recursos naturales y los
problemas globales, ocupando un lugar importante en la actividad de políticos y
académicos. El agotamiento de recursos conllevó de forma inmediata a una crisis
en muchos sectores de la población.
Después de
los 60 y los 70, el terrorismo ha ido en aumento, también por los vínculos
transnacionales que se han creado entre estos grupos, las redes terroristas
internacionales, constituyen una amenaza para todos. Ejemplo de ellos son los
grupos Al Qaeda y el peligro que suponía para EEUU.
Hoy en día,
las potencias capitalistas tienen la supremacía internacional, sobre todo
Estados Unidos. Tras la desaparición del equilibrio bipolar de Guerra Fría, el
mundo actual se ve sumido en un mar de desequilibrios y déficit que obligaría a
muchos países a incrementar sus medidas defensivas para su seguridad nacional.
Por esta razón muchos países acuden al rearme para protegerse de las acciones
de esa grande y ambiciosa potencia mundial que es Estados Unidos. El peligro de
guerra está latente y el terrorismo amenaza a la vez que la crisis se
multiplica.
El terrorismo
existe desde la antigüedad, donde existían sociedades secretas que lo
practicaban. Pero sobretodo se ha vuelto a hablar mucho sobre ello desde los
acontecimientos 11 de septiembre y la conocida campaña electoral de “seguridad”
del ex presidente George Bush.
Estos son
algunos de los grupos terroristas más temidos:
El terrorismo
es el uso de la violencia para el logro de objetivos políticos. A partir del
decenio de 1970 hubo un desbordamiento de atentados terroristas organizados por
diferentes grupos en busca de la consecución de objetivos políticos.
El terrorismo
es principalmente utilizado por grupos políticos que han abandonado el camino
de la legalidad para enfrentarse a sus opositores. Son grupos por lo general
demasiado débiles como para enfrentarse directamente contra su enemigo, que
generalmente es el Estado. Se podría identificar un terrorismo dentro de las
fronteras de un Estado (España y la Eta, Irlanda y el ERI, Turquía y la
Hermandad Roja, Perú y Tupac Amaru, etc.) y el terrorismo que trasciende las
fronteras de un Estado y que no está dirigido en contra del Estado soberano de
donde provienen los terroristas sino contra un tercer país.
Los EEUU. se
ven afectado por los dos tipos de terrorismo, tanto el interno como el externo.
El terrorismo motivado en contra del régimen norteamericano y efectuado por
ciudadanos norteamericanos es de reciente aparición, o al menos últimamente nos
hemos enterado; el ejemplo clásico es el atentado en Oklahoma City del 19 de
abril de 1995. Sin embargo este atentado, al parecer inusual, reveló, luego de
intensas investigaciones, la existencia de un gran número de estadounidenses
inconformes con su propio gobierno y dispuestos a utilizar la violencia para
hacerse oír. Otro caso lo tenemos con los intentos secesionistas de granjeros
tejanos que incluso proclamaron su propia república a la que defendieron a
sangre y fuego en meses recientes.
Pese a este
surgimiento de terrorismo interno, EEUU. se preocupa más por las amenazas del
exterior, por los terroristas extranjeros que pudiesen afectar los intereses o
a los ciudadanos norteamericanos. Y la amenaza es aún latente a pesar del fin
de la guerra fría.
Se pensaba
durante la guerra fría que la U.R.S.S. y sus aliados fomentaban al terrorismo.
Se acusaba a menudo a la U.R.S.S. y a sus aliados de pertrechar y entrenar
terroristas como parte de su estrategia para propiciar la revolución socialista
a lo largo del mundo. Se señalaba a Corea del Norte y Cuba como países en los
cuales se entrenaban "terroristas" (pero que más bien eran revolucionarios
que peleaban por la libertad de sus países) para que sirvieran en las guerras
de liberación nacional del Tercer Mundo. Así, durante la Guerra Fría Se
entendía al terrorismo como otro frente de batalla en el conflicto bipolar;
muchas veces era así, pero no en todas.
Algunas veces
el terrorismo era resultado más de condiciones de opresión que de un conflicto
entre potencias. Había regiones, por ejemplo el mundo árabe, en donde no
precisamente el terrorismo se explicaba a partir del conflicto EE.UU.- U.R.S.S.
Ahí, las condiciones de dominación y la inspiración religiosa inauguraron un
período de guerra santa, guerra contra los infieles. El mundo árabe se
convirtió en la nueva fuente de terrorismo internacional, identificando a Irán
y Libia como los principales promotores de estos actos.
La política
de contraterrorismo de EEUU. está encaminada a prevenir,
desbaratar y derrotar las operaciones terroristas antes de que estas ocurran y,
si llegase a ocurrir alguna, buscar por todos los medios posibles hacer pagar a
los perpetradores. La política norteamericana descansa en 4 principios
fundamentales:
1.No ofrecer concesiones a
los terroristas, no negociar con ellos
2.Presionar a todos los
estados que patrocinen actividades terroristas
3.establecer convenios y
alianzas internacionales contra el terrorismo
4.ayudar a otros países en su
lucha antiterrorista
A pesar del
reconocimiento de su conveniencia, no ha sido nunca posible alcanzar un
consenso sobre la definición de terrorismo, básicamente por la imposibilidad de
conseguir una definición rigurosa que no incluya las acciones terroristas de
los estados. El primer intento de definición se produjo en 1937 en tiempos aún
de la Sociedad de Naciones:
«Cualquier
acto criminal dirigido contra un estado y encaminado a o calculado para crear
un estado de terror en las mentes de personas particulares, de un grupo de
personas o del público en general.»
Desde el
punto de vista metodológico, se puede considerar terrorista al grupo que
perpetre secuestros, atentados con bombas, asesinatos, amenazas y coacciones de
manera sistemática. Técnicamente, esos actos están destinados a producir terror
en la población enemiga y se definen sin duda como terroristas. En sentido
neutro, el término es empleado a menudo por la prensa para designar a los
grupos que ejecutan esa metodología.
3.LA CRISIS ECONÓMICA Y EL 11S
Los atentados
del 11 de Septiembre han tenido gran repercusión en la economía, pero no son
los responsables de la crisis económica. El terrorismo, también en el terreno
de la economía, siempre tiene consecuencias reaccionarias, pues le brinda a los
apologistas del sistema una excelente excusa para ocultar la raíz de sus
problemas económicos, que son el resultado de la dinámica propia del sistema y
no el fruto de la acción del terrorismo.
No hace falta
partir de un punto de vista marxista para advertir eso, pues Felipe González lo
explica muy bien: «Los atentados de las Torres Gemelas y del Pentágono
funcionarán como catalizadores y precipitadores de una crisis que ya estábamos
viviendo en la economía internacional, pero que dentro de unos meses se
identificará con el brutal ataque terrorista».
La crisis de
los años setenta se calificó como la del «petróleo», aunque el aumento de
precios de esta materia prima energética sólo fuese un componente más de una
crisis más profunda del sistema. Pero siempre es mejor considerar que el
capitalismo va bien y que así hubiera continuado de no ser por acontecimientos
accidentales que han venido a turbar la paz y la armonía económica.
Sin embargo,
no había paz ni armonía, sino que la oleada de despidos existe desde hace cerca
de un año a escala internacional, afectando a diferentes países en grados
distintos. Las inversiones y la producción industrial descienden desde hace
meses en Estados Unidos, Europa y Japón. Las expectativas de una contracción
drástica del comercio mundial fueron elaboradas antes del 11 de septiembre. Es indudable
que la incertidumbre política que genera el atentado y sus posibles
repercusiones, tienen consecuencias económicas, puesto que nadie puede
garantizar que no se repetirán nuevos atentados similares y que, la
intervención de EEUU y sus aliados en Afganistán, no se convertirá en un
conflicto que ponga en peligro el suministro de crudo, necesario como la sangre
para el aparato productico de los países desarrollados.
En una
economía donde los medios de producción son propiedad privada y cuyo
funcionamiento está directamente determinado por las expectativas de
beneficios, es evidente, que la incertidumbre juega un papel muy importante. Si la inversión estaba decayendo antes del atentado, con más motivo lo
hará ahora. Las bolsas no empezaron a desincharse en Septiembre, sin embargo,
la caída, ahora, es más intensa. Y el consumo, que hasta el momento, era el
principal soporte del crecimiento económico y que ya estaba amenazado por el
aumento del desempleo y la caída de las bolsas, no hace más que bajar.
En
consonancia esta situación repercutirá en una mayor ralentización del
crecimiento europeo, y del español. Los despidos crecerán y se reducirán los
sueldos a muchos de los trabajadores que conservan el empleo. Además, se asoman
en el escenario recortes en los gastos sociales: prestaciones por desempleo,
gasto sanitario, pensiones... Al tiempo, se anuncian recortes en los impuestos
para dejar más dinero en manos de los contribuyentes y las empresas, a fin de
estimular el consumo y la inversión.
La
experiencia es que eso, sobre todo, estimula las desigualdades sociales
favoreciendo a los más ricos. Así, si se recortan los ingresos públicos y, al
tiempo, en los EEUU ya están incrementando sus gastos militares, una dinámica
que va a arrastrar en mayor o menor medida a todos los países, una de las
consecuencias que puede tener esta crisis, es un cambio en la composición del
gasto público. Este podría aumentar en su conjunto, pero dedicando más a gastos
«destructivos» y menos a cuestiones sociales.
No es fácil
que nos enfrentemos a un hundimiento económico como el de 1929, pues los
recursos económicos, las posibilidades de intervención económica de los estados
más desarrollados y la propia experiencia acumulada desde entonces, hacen
difícil que se repita la historia en los mismo términos que entonces.
Pero, la crisis
es un hecho. Su profundidad dependerá, en parte, de la gravedad del conflicto
que se desencadene en Asia central. No es difícil prever lo que una guerra
abierta en la zona tendría para el suministro de petróleo y esto, a su vez,
para la economía planetaria. Sí logran controlar la zona y evitar lo peor, lo
natural será que el ciclo económico se recupere, pero la secuela será un mundo
aún más desigual, con más opresión y, por tanto, con los mismos problemas que
han llevado a la misma situación a la que hoy nos enfrentamos.
4. EL
TERRORISMO EN ESPAÑA
La situación
actual del terrorismo en España deriva de su propia historia, pero también se
puede encuadrar dentro en un contexto amplio, el internacional. La relación del
terrorismo con España ha sido constante. Su presencia en España se puede
remontar hasta finales del siglo XIX, justo en el momento preciso en que se
consolidaba el moderno Estado español. A partir de ahí, se ha iniciado una
cruenta historia, en la que el terrorismo ha adoptado las más diversas
modalidades afectando a todas las estructuras del Estado. Desde los atentados
anarquistas de finales del XIX al moderno terrorismo islámico, el terror es un
factor omnipresente en nuestra historia.
Normalmente
las crisis vienen dadas por la mala gestión de la riqueza, por tanto el
concepto de crisis podríamos relacionarlo con el de injusticia. Muchas de estas
injusticias han sido reclamadas por parte de los afectados, pero unos han
utilizado vías legales para reclamar sus derechos y otros, como es el caso de
las bandas terroristas, no.
Sea como
fuere en España el terrorismo tiene unos antecedentes históricos y un recorrido
muy significativo. El terrorismo en España no es casualidad, sino que hay que
remontarse a los años de la posguerra mundial. Años de grave crisis social en
todo el mundo y también en España. La agitación social alcanzó su punto
culminante en 1919 y fue acompañada por el ejercicio de la violencia. Los
sindicatos españoles que habían tenido una escasa importancia hasta el año
1914, crecieron de una forma muy considerable hasta llegar a desempeñar un
papel político importante.
Se constituyó
un fuerte movimiento obrero anarcosindicalista que, aunque había tenido su
origen con anterioridad, logró ahora la plenitud de su desarrollo y constituyó
el vehículo fundamental de la protesta obrera. La mayor fuerza del anarquismo
en España se logró a partir de este momento a través del sindicalismo, que
hasta entonces no había pasado de estar formado por unos grupos
insignificantes. De unos 15.000 afiliados que tenía la CNT en 1915 se pasó a
más de 700.000 en 1919, con una clara supremacía de los catalanes.
El paso
inicial estuvo constituido por la celebración, en el verano de 1918, de un
Congreso en el que quedó configurada una tendencia sindicalista en el seno de
la CNT. Sin embargo, perduró la ambigüedad acerca del paso definitivo hasta una
nueva sociedad que, al ser revolucionario, incluía el uso de la violencia.
En estas
condiciones se iniciaron en Barcelona los más importantes conflictos sociales
de la historia del obrerismo español, en los primeros meses de 1919, con una
huelga de 44 días en La Canadiense, empresa eléctrica capital de este país que
pretendía una disminución de salarios, mientras que los sindicatos pedían un
reconocimiento de su papel en la empresa.
Desde finales
de 1920, el general Martinez Anido practicó un tipo de política que pretendía
el enfrentamiento directo con los sindicatos, lo cual, lejos de solucionar el
problema, no hizo otra cosa que multiplicar el número de muertos. De todos
modos el Estado, que toleró ese género de actuaciones, al mismo tiempo promovió
un número importante de disposiciones de carácter reformista relativas, por
ejemplo, a la limitación de la jornada o la ley de accidentes de trabajo. En
1920 fue creado un Ministerio para tratar de estas cuestiones.
Esta política
contradictoria tuvo su paralelismo en el caso de la CNT. Las frecuentes
detenciones de sus dirigentes más conocidos, que eran también los más
moderados, impidió que se pudiera consolidar la tendencia sindicalista. En el año 1922 pareció poder llegar a
triunfar cuando se repudió la anterior identificación con el comunismo.
Cuando se
acercaba la Dictadura, los sindicatos habían perdido fuerza y prestigio y al
mismo tiempo, reaparecía el terrorismo, diseñando una situación cuyo obvio resultado
fue facilitar el golpe de Estado.
Las noticias
de la revolución rusa también conmocionaron al PSOE. La verdad es que, a
diferencia de otros grupos políticos europeos de parecida significación, no
hubo en el socialismo un sector de izquierdas muy nutrido que durante la
Primera Guerra Mundial pretendiera cambiar el apoyo a los aliados por una
condena de ambos beligerantes. El PSOE se mantuvo en una actitud que era
reformista en la práctica pero que en teoría se seguía manifestando corno
revolucionaria, con lo que no padecía los problemas de adaptación que tuvieron
otros partidos en el momento de la posguerra.
4. LA
ORGANIZACIÓN TERRORISTA ETA
Consolidado
el proceso democrático, también se consolidó la amenaza terrorista en España.
La mayoría de grupos de extrema izquierda dejaron de operar. Tan solo se
mantiene activo Grapo, aunque su capacidad operativa es prácticamente nula. En
cuanto a los nacionalismos radicales, solo ETA constituye una interminable
lacra, a pesar de la aparente debilidad de los últimos tiempos consecuencia de
la actividad antiterrorista de las autoridades francesas y españolas.
El anuncio de
la banda terrorista, el 10 de Enero del 2011 de un alto el fuego «permanente,
general y verificable» terminó con un atentado en el aeropuerto de Barajas.
Éstas son las
fechas clave de los atentados de ETA:
•20.10.2011 | ETA anuncia el
fin de la lucha armada.
•10.01.2011 | ETA anuncia un
alto el fuego «permanente, general y verificable».
•05.09.2010 | La banda
anuncia su decisión de «no llevar a cabo acciones armadas ofensivas» en una
declaración en la que asegura que «si el Gobierno de España tiene voluntad»,
está dispuesta a acordar «los mínimos democráticos necesarios para emprender el
proceso democrático».
•30.12.2006 | La banda
terrorista rompe el alto el fuego con un atentado en el aparcamiento de la t4.
El atentado se cobra la vida de dos jóvenes ecuatorianos. No hubo comunicado
previo de ruptura, sólo un aviso telefónico de ETA poco antes de la explosión.
•22.03.2006 | ETA anuncia un
alto al fuego permanente para «impulsar un proceso democrático en Euskal
Herria». Un comunicado de la banda terrorista fija como fecha de inicio de la
tregua el viernes 24 de marzo de 2006.
•18.06.2005 | Un mes después
de que el Congreso apoyara la moción del PSOE para dialogar con ETA, la banda
anuncia el cese de «sus acciones armadas» .Unas semanas después, la banda
terrorista puntualiza en su boletín interno, 'Zutabe', que esta tregua no
afecta a los miembros del gobierno.
•18.02.2004 | A un mes
escaso de la celebración de elecciones generales, la banda anuncia una trgua
limitada al terrorismo en Cataluña.
•28.11.1999 | Un comunicado
de ETA anuncia el final del alto al fuego y marca el 3 de diciembre como fecha
para la reanudación de sus operaciones.
•16.09.1998 | Cuatro días
después de la firma de la Declaración de Lizarra, la banda anuncia una tregua
indefinida y sin condiciones que comenzaría dos días después. El Gobierno
mostró dispuesto al diálogo: en mayo de 1999 se celebró un encuentro en Suiza
que no fructificó.
•20.11.1997 | La cúpula de
ETA declara una tregua en lo que ellos vienen a llamar el «Frente de las
cárceles».
•23.06.1996 | ETA declara
una tregua de una semana y ofrece al Gobierno negociar una salida al conflicto.
El Ejecutivo no responde a dicho llamamiento.
•26.04.1995 | La
organización terrorista presenta su Alternativa Democrática como una oferta
para la pacificación del País Vasco.
•10.07.1992 | ETA ofrece una
tregua de 60 días poco después de la caída de su cúpula en Bidart.
•04.04.1989 | Fracasan las
Conversaciones de Argel y ETA anuncia el fin de la tregua.
•27.03.1989 | Nueva prórroga
de dos meses. Prosiguen las conversaciones entre representantes de la banda y
del Gobierno.
•28.01.1989 | La
organización terrorista prorroga su tregua otros dos meses. Prosiguen los
contactos entre ETA y el Gobierno en Argel.
•08.01.1989 | ETA declara
una tregua de dos semanas coincidiendo con el inicio de las Conversaciones de
Argel.
•30.10.1988 | ETA ofrece, en
los mismos términos, un cese de hostilidades de 60 días. Una vez más no se
llega a producir.
•15.02.1988 | Nueva oferta
de ETA para una tregua de 60 días. No se materializa.
•28.01.1988 | ETA ofrece al
Gobierno una tregua de 60 días con objeto de negociar una salida pactada al
conflicto vasco. Representantes de la banda terrorista y del Gobierno mantienen
contactos que no fructifican.
•Febrero 81 | La primera
tregua real se produjo días después del golpe de Estado del 23-F, cuando ETA
político-militar comunicó una tregua de un año que, finalmente, se prolongó
hasta agosto del año siguiente.
6. EL
GOBIERNO DE FELIPE GONZALEZ (1982-1996)
En la primera
legislatura socialista, el gobierno de González tuvo que hacer frente a una
difícil situación económica. El gabinete socialista aprobó un estricto plan de
estabilización económica para sanear la economía y prepararla para la
recuperación.
También
tuvieron que hacer frente a una dura campaña terrorista de ETA, con más de cien
muertos durante la legislatura, y a la vez reformar el Ejército para acabar con
el peligro del golpismo. Esta reforma fue uno de los grandes éxitos del
gabinete.
España
finalmente consiguió acceder a la Comunidad Económica Europea el 1 de enero de
1986. El viejo anhelo de integración en Europa se convirtió en realidad.
Como
contrapartida, Felipe González cambió radicalmente su discurso sobre la OTAN.
La negativa al ingreso en la alianza militar occidental se tornó en apoyo.
González mantuvo su promesa de convocar un referéndum y pidió el voto
afirmativo a la permanencia en la OTAN. El triunfo de la postura defendida por
González posiblemente marcó su cenit como líder político. En estos años acabó
por diseñarse el mapa autonómico español con la aprobación de los diversos
estatutos de autonomía.
La segunda
legislatura socialista (1986-1989) estuvo marcada por un fuerte desarrollo
económico que duraría hasta 1992. Este crecimiento se concretó una ambiciosa
política de inversiones públicas en infraestructuras favorecida por la
transferencia de fondos procedentes de la CEE. Los servicios educativos,
sanitarios y de pensiones crecieron de forma notable, siendo sufragados por un
sistema fiscal relativamente progresivo. Por primera vez se podía hablar de un
Estado del Bienestar en España.
El
crecimiento económico y las medidas liberalizadoras del gobierno trajeron un
aumento de las diferencias de riqueza entre los diversos grupos sociales. Los
sindicatos CC.OO. y UGT organizaron una huelga general el 14 de diciembre de
1988. El país se paralizó y Felipe González tuvo que negociar la retirada
parcial de su programa liberalizador.
En 1989, el
PSOE volvió a ganar por mayoría absoluta que una fuerte reducción de votos. En
esta tercera legislatura del PSOE (1989-1993), España celebró en 1992 dos
acontecimientos internacionales, los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de
Sevilla que mostraron una imagen de país moderno muy diferente a la España de
la dictadura de Franco.
Sin embargo,
la recesión mundial iniciada principios de los noventa golpeó duramente a
nuestro país. La crisis económica, agravada por la incorrecta política
económica del gobierno, disparó la inflación y el paro llegó a la dramática
cifra de tres millones de desempleados.
La crisis
económica fue la antesala del estallido de escándalos de corrupción (hermano de
Alfonso Guerra y FILESA) que afectaron al gobierno socialista. A ellos se vino
a unir el escándalo de los GAL, grupo armado formado por policías y mercenarios
que con la complicidad de cargos del gobierno llevó a cabo la "guerra
sucia" contra ETA.
En las
elecciones de 1993, el PSOE volvió a vencer aunque esta vez sin mayoría
absoluta por lo que necesita el apoyo parlamentario de Convergència i Unió de Pujol.
Las fuerzas de derecha se habían reorganizado en el Partido Popular que era
dirigido desde 1989 por Jose María Aznar. Se iniciaba así la cuarta legislatura
con Felipe González en el gobierno del país (1993-1996).
Las
dificultades económicas, los escándalos y la dura campaña de la oposición
llevaron a que, tras negarle Pujol el apoyo para aprobar los presupuestos,
Felipe González convocara elecciones en 1996.
7. EL GOBIERNO
DE JOSE MARÍA AZNAR (1996-2004)
Jose María
Aznar no consiguió la mayoría absoluta y se vio
obligado a pactar con las minorías nacionalistas para acceder a la
presidencia del gobierno. El giro hacia la derecha se vio corroborado con las victorias
del PP en las elecciones autonómicas y municipales. El ciclo socialista
bajo el liderazgo de Felipe González había tocado su fin.
Aznar centró
sus esfuerzos en implementar una política económica ortodoxa que redujera
el déficit público y reactivara la actividad económica privada. El gran objetivo
era cumplir los denominados criterios de convergencia (inflación, deuda,
déficit...) establecidos en el Tratado de Maastricht de 1991 y que una
vez alcanzados permitirían a España unirse a la nueva divisa europea, el Euro.
La política
económica fue un éxito. La actividad económica se reactivó, el paro
descendió de manera notable y el saneamiento de la economía llevaría
a que España participara en el nacimiento del Euro en 1999.
El terrorismo
de ETA llegó a su expresión más sangrienta en verano de 1997 con el
asesinato del concejal del PP en el ayuntamiento vasco de Ermua, Miguel
Ángel Blanco. La crueldad de la banda terrorista y la labor de los
colectivos que llevaban años enfrentándose a la violencia en el País Vasco
desencadenó una importante reacción popular que vino a denominarse el
"espíritu de Ermua".
El gobierno
de Aznar, con el apoyo de la oposición socialista, se lanzó decididamente a una
política de dureza con ETA y con el entorno nacionalista. La reacción en el
campo albertzale fue el Pacto de Lizarra-Estella de 1998, un acuerdo
de todas las fuerzas nacionalistas, desde el PNV a ETA, para avanzar hacia la
independencia. Unos días después ETA declaró una tregua indefinida y sin
condiciones.
Los contactos
entre el gobierno de Aznar y el grupo terrorista no dieron ningún resultado y un
año después ETA volvió a la actividad armada. El presidente Aznar, que
había sido víctima de un atentado frustrado en 1995, reforzó su política de
enfrentamiento con el nacionalismo vasco en todas sus tendencias. Las elecciones
convocadas en el año 2000 marcaron el momento de apogeo del PP y Aznar.
El nuevo siglo se inició con una mayoría absoluta del PP en las Cortes.
La derrota
electoral fue inmediata. En las Elecciones Generales del 14
de marzo de 2004 el PP pierde 35 escaños, y con ellos la mayoría en el
Parlamento. A continuación el Partido Popular perdería el Gobierno, siendo
sustituido por el PSOE, nombrándose a Jose Luis Rodriguez Zapatero como
Presidente del Gobierno de España.
8. EL 11M Y
LA SUBIDA DE ZAPATERO AL PODER
Algunos
consideran que Jose Luis Rodriguez Zapatero llegó al poder gracias a la masacre
del 11M que influyó de manera decisiva en las elecciones de 2004. Tres días antes
de las elecciones, a las 7 de la mañana, una bomba explota en un cercanías en
la estación de Atocha. Apenas un minuto después se producen otras dos
explosiones en el mismo tren. El caos y el desconcierto invaden los andenes y
escaleras mecánicas de la terminal. Son las 7.38 cuando explotan otras dos
bombas en un convoy en la estación de El Pozo y otra en Santa Eugenia. A las
7.39, cuatro explosiones más destrozan otro tren a 500 metros de Atocha. En
apenas tres minutos, 10 bombas cambian la Historia: “Madrid acaba de sufrir el
mayor atentado terrorista perpetrado jamás en España. 191 muertos y más de
1.500 heridos hacen imposible olvidarlo”.
A sólo tres
días de las elecciones generales todos los partidos cancelaron sus agendas y
dieron por finalizada la campaña. Por primera vez desde el 23-F, el Rey se
dirige a la nación. Lo hace para mostrar su solidaridad con las víctimas y
pedir "unidad, firmeza y serenidad" en la lucha contra el terrorismo.
Manifestaciones multitudinarias contra el terrorismo se suceden por todos los
rincones del país.
Hubo una
polémica jornada de reflexión y buscando culpables, todas las miradas se
dirigen hacia ETA, mientras la banda lo desmiente. Y el Gobierno sigue defendiendo
esa teoría cuando las primeras pistas obligan a girar el dedo acusador hacia el
terrorismo islamista. La tarde del sábado 13 de
marzo, jornada de reflexión electoral, tres ciudadanos marroquíes -entre ellos
Jamal Zougam, considerado uno de los autores materiales de los atentados- y dos
indios saltan a las portadas de los medios de comunicación. Son los primeros
detenidos en relación con la masacre.
Esa misma
noche, cientos de españoles se manifiestan en las principales ciudades del
país. Acusan al Gobierno de manipulación y exigen transparencia. Apenas 12
horas después, los colegios electorales abren sus puertas. El 14 de Marzo toda
España vota marcada por la tragedia.
Muchos
señalaban a Zapatero como culpable y traidor por negociar con ETA. En sus declaraciones, el ex-presidente
del Gobierno aseguró que el cese de la banda terrorista ETA era "una
victoria de la democracia" señalando que a partir de ese momento
España "sería una democracia sin terrorismo, pero no sin memoria".
“La memoria de las víctimas, de cada una de las 829 víctimas mortales y
sus familias, de tantos heridos que padecieron el injusto y aborrecible
golpe del terror nos acompañará siempre, acompañará a las futuras
generaciones de españoles”. Esta victoria de la democracia basada en la
seguridad del consenso con la banda terrorista, se vió truncada por los
atentados de Barajas (ver fechas arriba)
9. LA
MONARQUÍA Y EL TERRORISMO
A lo largo de
estos años, también han sido muy frecuentes las menciones al papel de la
Monarquía a la democracia en relación con Europa y a la importancia de la
Constitución para el futuro del país, que ha sido destacado por Don Juan Carlos
en 22 de sus mensajes de Navidad.
El mensaje de
Navidad con el que el Rey se dirigió a los españoles fue el primero que pronunció
tras el anuncio del cese de la actividad armada hecho por ETA, una cuestión, la
del terrorismo, constante en sus discursos de Nochebuena.
La situación
económica de España, que siempre ha sido uno de los asuntos habituales en los
mensajes de Nochebuena del Rey, cobró también especial relieve en los últimos
años, cuando la crisis empezó a agravar los problemas de empleo de los
españoles.
En su último
discurso de Navidad, el de 2010, don Juan Carlos animó a los españoles a
"proseguir y abordar juntos las reformas necesarias para garantizar un
crecimiento económico que genere empleo", así como a resolver entre todos
los "desequilibrios y deficiencias estructurales" puestas de relieve
con la crisis.
El jefe del
Estado se ha referido al terrorismo en 29 de sus discursos de Navidad y a la
situación económica en 28 de ellos -de los que 18 incluían menciones expresas
al paro-, con constantes llamamientos a la unidad frente a los problemas de los
españoles, que han figurado en 34 de los 37 mensajes pronunciados hasta ahora.
10."EL FINAL DE ETA, MÁS CERCA" (NOTICIA)
25 de Octubre
del 2011
Según
adelantó Europa Press el 11 de Noviembre del 2011, "el final de ETA está
más cerca" porque hoy se tiene la oportunidad de que la democracia
"triunfe definitivamente" ante las pretensiones de "impunidad e
imposición política" de la banda.
El contenido de esta parte de la ponencia política está redactado bajo el
epígrafe 'Una sociedad en libertad en la que se fortalece la democracia con la
derrota del proyecto totalitario de ETA' y en ella también se hace una
apelación a la "unidad" de los partidos para cerrar con
"dignidad" la etapa del terror, según las fuentes consultadas.
Se afirma que no es el mundo de ETA quien debe escribir los últimos capítulos
de la historia de lo que ha ocurrido estos últimos años y, en este sentido, se
precisa que no son ni las sugerencias, ni las demandas de la banda o su entorno
quienes deben marcar el paso en estos momentos, sino que "lo urgente es la
desaparición de ETA y lo necesario es el reconocimiento del daño causado".
«Hablar en
España de presos políticos es una indecencia y una inmoralidad. Se les tenía
que caer la cara de vergüenza». Con estas palabras el ministro del Interior,
Jorge Fernández Díaz, respondía al portavoz de Amaiur en la Comisión de
Interior del Congreso, Iker Urbina, quien durante su intervención había
calificado así a los etarras que cumplen sus condenas. Fue el momento más tenso
del estreno de Fernández Díaz en la Cámara Baja y dejó en evidencia que el
Ejecutivo no está dispuesto a hablar con los batasunos si no hay cambios:
«Ustedes no han condenado todavía la violencia, ni han exigido a los
terroristas que se disuelvan. Hoy tienen una buena oportunidad para hacerlo.
Así seguramente podríamos avanzar hacia una sociedad sin terrorismo».
Urbina no
recogió el guante y se limitó a lanzar el habitual catálogo de exigencias: fin
de las políticas de ilegalización; fin de la actual política penitenciaria;
reconocimiento y reparación de «todas las víctimas»; que no haya «vencedores ni
vencidos»... Todo, eso sí, apostando por «vías únicamente políticas». Pero se
volvió a encontrar con la firmeza del ministro: «Va a haber vencedores, que son
los demócratas, y va a haber vencidos, que son los terroristas», advirtió al
portavoz batasuno. «Quienes han jaleado a los asesinos no pueden pasar a ser
demócratas con unas simples declaraciones de buenas intenciones», había dicho
ya en otro momento. «Valoro más lo que calla que lo que ha dicho».
Salvo este
enfrentamiento, lo cierto es que la comparecencia del ministro para explicar
las líneas maestras de su departamento resultó tranquila. Partiendo de la base
de que ETA aún existe y que si no mata es porque ha sido derrotada por el
Estado de Derecho, el titular de Interior dejó muy claros los límites de la
política antiterrorista —«la única hoja de ruta es la aplicación de la ley»,
sostuvo—, al tiempo que pidió la «unidad de los demócratas, inteligencia,
prudencia y discreción». Fernández Díaz agradeció luego la actitud receptiva y
colaboradora de «casi todos» los portavoces de los grupos —menos el de Amaiur,
claro—: «Tendremos altura de miras y sentido de Estado», zanjó.
La política
penitenciaria fue, como se esperaba, otro de los ejes de su discurso.
«Impulsaré una política de reinserción individualizada, que aproveche las
nuevas oportunidades», precisó el ministro. Eso sí, quien se acoja a ella
tendrá que cumplir los requisitos legales: arrepentimiento, petición de perdón
y, en su caso, el resarcimiento de las responsabilidades civiles.
«El mayor
enemigo de los presos de ETA es la propia ETA —afirmó Fernández Díaz—; sin ella
serían más libres». Y el ministro lo justificó con dos datos: en las primeras
semanas de este año, el 95 por ciento de los internos etarras ha seguido las
órdenes de la dirección, y el anuncio del fin de la violencia ha hecho que el
proceso de desmarcarse de la banda que comenzaban a seguir varios reclusos se
haya paralizado, por las expectativas generadas.
11. POLÍTICA
DE MARIAJO RAJOY RESPECTO AL TERRORISMO (NOTICIA)
21 de
Diciembre del 2011.
Si hay algo
en lo que cree Mariano Rajoy es en la política discreta de los despachos. Sobre
todo en asuntos delicados, como el del fin de ETA. Ayer, el presidente electo
dejó muy claro, en dos intervenciones clave ante el PNV primero y Amaiur después.
Uno, en público, que se muestra duro con Amaiur en un vibrante debate con todo
el hemiciclo en un sobrecogedor silencio. Otro, en privado, que está dispuesto
a hacer cosas para facilitar el fin de la banda terrorista.
Rajoy es el
presidente del único partido de los grandes países de la Unión Europea que
aglutina a toda la derecha, también la extrema. Y siempre trata de cuidar a
todo su electorado. Pero a la vez, quiere demostrar, sobre todo en el País
Vasco, que es un hombre de Estado y que dará sin armar ruido los pasos
necesarios para facilitar el fin de ETA. Sobre todo un posible acercamiento de
presos, que es perfectamente legal, lo que más le preocupa.
Para ese
camino, Rajoy ha elegido un socio: el PNV. Está estrechando lazos con Iñigo
Urkullu, su líder, a quien ha llamado esta misma semana para preparar la sesión
de ayer y pedirle su abstención. La logró. Y en justa correspondencia le dejó
caer a Josu Erkoreka, portavoz del PNV, que está dispuesto a dar pasos: “Ha
llegado el momento de poner en marcha una política penitenciaria más abierta,
sin merma de legalidad, para consolidar la paz”, le pidió Erkoreka.
Rajoy,
después de una apelación a las víctimas que emocionó a su bancada y la
reclamación de que ETA se disuelva, le lanzó el mensaje político de fondo: “Me
ha gustado que utilizara expresiones como prudencia, sensatez, tiempo, y no
estridencias. Hablaremos con ustedes. Sé lo que significa el PNV. Estaré
siempre en el Estado de derecho y en la ley. Espero que podamos arreglar de
manera definitiva este asunto. Contaré con ustedes y espero que lo hagamos”.
Eso sí, todo con mucha cautela para no molestar a su electorado más extremo.
Todo estaba
entre líneas. Tanto que Erkoreka, que conoce las conversaciones y el trabajo de
despacho de Rajoy con Urkullu, le contestó: “Hay una legislación penitenciaria
flexible. Por tanto, en el terreno de la prudencia y de la discreción tenemos
mucho campo en el que trabajar conjuntamente. Todo está dicho: discreción y
compromiso”.
Después de la
alta política con el PNV, llegó el momento de enfrentarse a Amaiur, a la que
Rajoy ha condenado al Grupo Mixto. El presidente electo podía no contestar a su
portavoz. Pero decidió hacerlo. La Cámara escuchó en silencio cómo Iñaki
Antigüedad tendía la mano a Rajoy. “Estamos condenados a entendernos, no
solamente a vernos y a oírnos”, le decía mientras el presidente apenas le miraba,
en un gesto de desdén, pero le escuchaba con detalle, como se vio después.
Nadie en el PP movía un músculo. Hasta los más duros se tragaban su rabia
contra Antigüedad, un conocido miembro de Batasuna. Todo medido. El portavoz de
Amaiur demostró que ha ido al Congreso a hacer política. Habló con respeto, y
aunque repitió la retórica habitual sobre el reconocimiento a “todas las
víctimas”, emplazó a Rajoy a dar pasos: “Implíquese, impliquémonos todos en
estos nuevos tiempos. Sea radical, sea un estadista, que es lo que en este
Estado hace mucho tiempo falta”.
Rajoy se
creció. Recordó a todas las víctimas de ETA: “He sido ministro del Interior. He
visto a muchas familias destrozadas”. Es ETA la que tiene que disolverse, le
dijo para rematar con un “yo no le debo a usted nada” que emocionó a su
bancada. Antigüedad recogió el guante e insistió en hacer política:
“Evidentemente, usted no me debe nada. Pero como dijo Isaac Rabin, la paz se
hace con el enemigo, no con el amigo. Amaiur va a perseverar”.
Y Rajoy, con
tono duro, de nuevo lanzó el mensaje político. “Estamos hablando de la vida de
seres humanos. Es muy serio. Estamos hablando de cumplir la ley. Me parece bien
que sea perseverante. Solo le pido que sea usted perseverante a la hora de
decirle a ETA que tiene que disolverse”. Nadie hubiera imaginado un debate así,
y que concluyera con el presidente pidiéndole al portavoz de Amaiur que ayude
al fin de ETA.
Rajoy negó
durante su campaña que fuera a hacer concesiones o negociaciones con ETA. Pero
evitó en todo momento acusar al Gobierno de Zapatero de haber pagado precio por
la paz. Primero, porque creería que no era electoralmente rentable. Y, segundo,
porque sabe que puede que tenga que adoptar en el futuro decisiones que serán
difíciles de digerir por su electorado. Rubalcaba no va a dudar en situar su
gestión en la política antiterrorista como uno de sus mayores avales y en
reforzar el mensaje de que solo él garantiza el camino de la paz.
CONCLUSIÓN
Esta crisis
viene dada por muchas contradicciones como decíamos al principio de este
trabajo. La agenda la están marcando unas instituciones que son adversas desde
el punto de vista ideológico.
Después del
factor ideológico, está el factor económico. La crisis llegó más tarde a
España, pero llegó. Ahora que otros países como Alemania empiezan a
recuperarse, España sigue inmersa en el proceso. Este desfase temporal pesa
como una losa, porque si no se produjese estaríamos en la media. El crecimiento
ajeno produce el efecto óptico de alejamiento de la media, que tiene un
componente real y otro de imagen distorsionada, porque las valoraciones son
siempre relativas.
La gran
pregunta es si la imagen de España se ha deteriorado como consecuencia de la
crisis. Los problemas del euro como consecuencia del rescate de Grecia e
Irlanda han supuesto una enorme amenaza para España, que no puede descartar
nuevos episodios de incertidumbre. Los medios europeos han cuestionado la
economía española y, lo que es peor, la capacidad del gobierno español para
hacer frente al problema.
Sin duda, las
turbulencias actuales han afectado a la imagen de España y su capacidad de
crecimiento.El mundo de hoy es radicalmente diferente al de años atrás, en
aquel entonces existía la presencia de un mundo bipolar, configurada por dos
grandes bloques de poder, el capitalista y el socialista.
Hoy, Estados
Unidos, la Unión Europea y Japón, se disputan encarnizadamente el mercado
mundial y muchas de sus relaciones están en el límite de la guerra económica.
Algunos
analistas aseguran que la crisis que esta atravesando la economía mundial es
consecuencia de los ataques terroristas del 11 de septiembre, las guerras
contra Afganistán e Irak, pero esta afirmación carece de fundamento. En mi opinión
la crisis venía ya desatándose desde hace tiempo como consecuencia del
irreversible fracaso de una concepción económica y política impuesta al mundo por
la globalización neoliberal.